Aparté de la memoria el tono de su voz.
Confundí las citas de su otoño con otras de mil veranos.
Perdí el inventario de lunares, cicatrices
y la cuenta de los besos tatuados en sus senos.
Fui capaz de olvidar todo:
sus ojos, su rostro, su nombre.
... Pero nunca el abrazo de sus piernas rodeándome el cuello.
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