"Queda
qué poco queda..."
Una carta a destiempo
y llorar.
El cielo de la boca
con recuerdo a chocolate,
el sentido turbado
del sabor a Porto.
Y estas manos llenas para quien nada toma.
Quedan
allá
dos copas de vino junto a una hamaca sola,
las sábanas huérfanas,
los espejos vacíos.
Acá,
tu aroma.
Y llorar
de puertas adentro.
Y llorar
con el alma toda.
3 comentarios:
Me gusta la sinuosidad de los sentidos y como la manejas para siempre sentir esa nostalgia.
Hola books and noise. Muchas gracias por tu comentario y por leerme. ¡Sigue mordiendo!
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