Fuente: One Week Right |
El abismo:
el espacio comprendido entre su cadera y el borde de la cama.
El recuerdo de quien apenas lo habita.
- ¿Sabes que el té de jazmín sirve para cambiar sabores?
- Será.
Dunas de algodón,
erial infinito de labios sedientos.
Cada hueco, cada muelle, es una memoria fallida,
un esfuerzo por traer el abrazo inerme.
- ¿Es mejor la piña o la guayaba?
- Igual es. Nada se nota.
No guarda el lado de la cama,
la habita transversalmente.
Y en su secreto se desparrama,
imaginando que no hay borde ni abismo,
ni sed no colmada.
- ¿Entonces?
- Se verá mañana.
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