domingo, 26 de febrero de 2012

Kilómetro Cero



"... respira en el centro de la ciudad
el alma que se pierde al escapar."
Ismael Serrano


Amanece la Gran Ciudad:
atascos, rutinas y la urgencia de vivir.
Mi colchón deshabitado
el sueño quebrado.

Gente gris atropella oportunidades deseos ilusiones
clavando firmes sus pies en las heladas aceras.

Caricias de plástico y sentimientos de papel,
habitantes habituales de los corazones apretujados del metro.

Son excusas de ausencias las que justifican los desencuentros,
no permiten vivir el presente,
no ahogan ni aprietan, pero asfixian desde la sombra.
Pesa más lo que no está que lo que se tiene.
No sirve de acicate para la valentía, ni para gestas de última hora,
sino para travesías
y la espera en el andén...

Pero ahora no regresa, corriendo, mi Rick Blaine.
Ya no viene a decirme "Ahora sí, hasta luego",
y Sol es un nombre anodino que pisar por casualidad.

Y en la cuenta del recuerdo demasiadas deudas pendientes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué belleza. Cuánto te extraña ese kilómetro cero, querida mía. Mil besos, Teresa

Unknown dijo...

El cero es una serpiente que se muerde la cola, como queriendo decir "Tócala de nuevo, Sam". Empezar de cero está bonito, con tal de que pisemos el acelerador para dar una vuelta (redonda como el número de la nada) y regresar para recomenzar, perdernos o hacer otra cosa; que viene a ser lo mismo pero nunca igual.

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