No lo decidiremos nosotros
serán las manos las que guíen.
Caminarán cada pulgada hasta hacer un laberinto
sin hilo
sin minotauro
sin pan ni migajas
solo sal y agua
solo ríos desbocados.
Sé que reconoceré tus ojos
que no nos serán ajenas las señales
los cruces
el camino.
Allá nos encontraremos
cuando acabe la tormenta
cuando el abrazo furtivo nos amarre.
Cuando llegue el amor después del amor.
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