lunes, 13 de diciembre de 2010

Póquer

El hombre monosilábico y la mujer multiorgásmica se consiguieron en el café de los artistas para compartir pequeñas muertes lingüísticas. 
Mientras ella miraba al infinito azul de unos ojos castaños -casi proféticos-, y se preguntaba qué pensará, él tejía estrategias dignas de Kasparov. 

Qué quieres
Sólo flores y comprensión. Y ni eso
¿Tan poco pides?
Tan poco espero. Así nunca estaré decepcionada
Algún día querrás volar
Lo hago siempre. Nunca apoyo los pies en el suelo
¿Y si huyo?
Nunca lo harás de ti mismo... Pero la puerta está abierta
¿No tienes miedo?
Infinito. Pero nunca lo sabrás
¿Cómo harás para caminar mañana?
Eso ya lo veré mañana
¿Me quieres?
Me da miedo que sea pronto para decírtelo. Podría odiarte
¿Crees en los finales tristes?
Ya dije que me gusta escribir bonito
¿Y si tropezamos?
No nos vamos a rendir a la primera
Si no te compensa...
Eso lo decido yo
Será

El hombre monosilábico y la mujer multiorgásmica se miraron de frente
Las cartas sobre la mesa
La última jugada en la manga
Las máscaras en el corazón









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