miércoles, 15 de septiembre de 2010

Cuando éramos menos que nada...

Fuimos cuerpos que se acercan en la noche buscando calor y abrazos,
Una explosiva mezcla de deseo, anhelo, pasión y depecho.
Fuimos dos cuerpos encontrados que se encontraron tarde e incompletos,
Un requiebro en el verso, un alto en el camino.
Fuimos un sendero que quedó por recorrer, 
Una estela de pasos que planear.
Fuimos urgencia con pausa y prisas sin tiempo,
Ganas con mordaza, contención y precaución.
Antes de no hacer, ya nos habíamos arrepentido de no haber hecho.
Fuimos cuerpos pensantes encerrados en pieles que palpitaban.
Fuimos libres y no quisimos apurar nuestra condicional.
Imaginamos otros mundos,
pero no nos quisimos buscar entre cuatro paredes.
Cambiamos lo codiciado por la decencia y los puños apretados.

Y nos quedamos huérfanos y rotos en dos,
perdidos en un mundo con el reloj estropeado.
Infieles a nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario