Planchaba aprisa la prenda que dos minutos después se pondría para ir a trabajar. Desnuda, se inclinaba sobre la cama, apretando inútilmente para quitarle los pliegues al vestido.
Un pensamiento fugaz la llevó a la última vez que se lo puso...
Fue un día de la Mujer Trabajadora.
Distintos olores, distinta actividad...
Distinta compañía.
No había ganado arrugas desde entonces, pero sí experiencias.
Esa noche no devolvería el alquiler de un coche hacia el paraíso.
Tomaría un metro hacia su infierno diario
Entonces sólo se preocupaba de lo que pasaría tres meses después.
Ahora le quemaban los meses.
Como hoy tenía el ánimo aguado, Abigail pensó que todo habría sido más sencillo si no hubiera estado en ese momento en ese lugar.
"Me habría ahorrado disgustos, distancias, ausencias y trasnochos inclementes."
Cuando se puso el vestido, se recordó en la plaza, engalanada de blanco y amarillo.
"Si no hubiera estado en ese momento, en ese lugar, hoy no habría crecido. Hoy sería un poquito menos yo."
Y sonrió.
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